A 54 años de la nacionalización de la Gran Minería del Cobre, Chile conmemora el Día de la Dignidad Nacional. Un hito político, técnico y humano que cambió para siempre el rumbo del país.
El Despertar de la Dignidad Nacional
El calendario marca 11 de julio. En la memoria del país, la fecha está cargada de capas: discursos encendidos, aplausos en el Congreso, mineros con cascos y puños en alto, un presidente hablando desde una plaza. Han pasado 54 años desde 1971, cuando Chile dejó de ser espectador de su principal riqueza mineral y nacionalizó la Gran Minería del Cobre.
La escena fue doble: en Santiago, el Congreso aprobaba por unanimidad la reforma constitucional que transformó en ley esa aspiración largamente discutida. Y en Rancagua, Salvador Allende hablaba ante miles de trabajadores de El Teniente, en la Plaza de los Héroes. Era el gesto simbólico, el cierre político de una decisión que venía gestándose por décadas.
- Fuente: Memoria Chilena
“Chile va nacionalizar el cobre en virtud de un acto soberano. Acto soberano que incluso está consagrado en las resoluciones de las Naciones Unidas, que establecen que los países tienen derecho a nacionalizar sus riquezas básicas“, dijo el mandatario, con una frase que quedaría grabada en la historia.
De la Chilenización a la Nacionalización
La nacionalización de 1971 fue la culminación de un proceso largo. En 1964, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, comenzó la chilenización del cobre, una fórmula de asociación con capitales extranjeros que permitió al Estado chileno tener mayor control sobre los yacimientos. Pero el paso definitivo lo dio el gobierno de la Unidad Popular, que con respaldo transversal impulsó la estatización completa.
La Ley N° 17.450 transformó los enclaves de la gran minería en propiedad del Estado. La medida afectó a yacimientos clave como Chuquicamata, El Salvador, El Teniente, Andina, Exótica y la Disputada de Las Condes. Desde entonces, el cobre no solo sería un mineral: se convirtió en columna vertebral del financiamiento público del país.
Un Día para la Memoria Colectiva
El 11 de julio no es solo una referencia en los libros de historia o en las salas de clases. Es oficialmente el Día de la Dignidad Nacional, una conmemoración que busca recordar no solo una ley, sino una decisión colectiva que definió el rumbo económico y político del país.
Porque hubo una época en que los recursos salían del subsuelo chileno sin dejar casi huella en el territorio. Y porque hubo un momento, ese 11 de julio de 1971, en que Chile, por fin, tomó el control de su cobre.