América Latina busca duplicar su capacidad hidroeléctrica al 2050 para garantizar la estabilidad de la red eléctrica regional. Este objetivo es respaldado por la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), que enfatiza el papel crucial de las centrales hidroeléctricas en la transición hacia energías más limpias.
Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de OLADE, resalta que la energía hidroeléctrica es fundamental para reducir emisiones de carbono e integrar otras fuentes renovables intermitentes, como la solar y la eólica.
Sin embargo, el informe señala desafíos como la necesidad de realizar nuevas inversiones para aumentar la capacidad y modernizar las centrales existentes. La modernización es crucial para mejorar el rendimiento, la eficiencia y la resiliencia climática de las plantas hidroeléctricas en la región.
El Estándar de Sostenibilidad Hidroeléctrica emerge como un marco para certificar prácticas responsables en el desarrollo de la energía hidroeléctrica en países como Brasil, Perú y Colombia. Esta certificación impulsa el balance entre el progreso y la protección ambiental.
La modernización de las centrales existentes, incluida la incorporación de sistemas de bombeo, es vital para prolongar su vida útil y potenciar su capacidad de almacenamiento. Esto facilita la integración de energías renovables y contribuye a la resiliencia del sistema energético regional.
El informe completo de OLADE proporciona una visión detallada de los desafíos y oportunidades que enfrenta la energía hidroeléctrica en América Latina, destacando la importancia de la modernización y la sostenibilidad en el sector.